Una buena amistad.

No hay tesoro alguno comparable con una buena amistad, por qué una amistad de verdad nunca termina y esos momentos de risa, esos momentos de locura en los que ahí si eres tú misma de verdad, son imborrables. Esas veces en las que te ríes hasta llorar, en las que cuando os caéis jutas al suelo por que estabais haciendo alguna tontería son los mejores. Buenos y malos momentos vividos, pero siempre juntas, y es que sois como hermanas, almas gemelas que no tienen secretos. Todo lo vivido juntas cuando tengamos hijos me gustaría decirles al ver una foto nuestra; ves a esas locas de ahí, esas son mis amigas y yo de jóvenes.
O cuando por ejemplo tu amiga te dice en la playa mira soy un cocodrilo "glup, glup" y tu le cides, "tu lo que eres es tonta" y os empezáis a reír a más no poder. Por que esos momentos son especiales para mi y no los cambiaría por nada del mundo, por que son lo más importante y los volvería repetir una y otra vez si fuera posible.
Por qué las amigas se cuentan con os dedos de una mano, y lo demás no son nada.